http://www.latimes.com/business/la-fi-gmo-food-vote-20120720,0,2452357.story

California se podría convertir en el primer estado en requerir etiquetado de alimentos GMO. Campañas de ambos bandos se preparan.

Por Marc Lifsher, Los Angeles Times

Julio 19, 2012, 5:32 p.m.

SACRAMENTO — La pelea respecto a los alimentos genéticamente manipulados se ha estado calentando en los pasillos de las tiendas de abarrotes de USA. Ahora, es el turno en las urnas.

Los votantes decidirán pronto si harán de California el primer estado del país en requerir etiquetado en productos como jarabe de maíz cuyos genes (1) han sido alterados para convertirlos en resistentes a pestes.

La Proposition 37 promete configurar una batalla a gran escala entre compañías de productos naturales y activistas contra corporaciones multinacionales que incluyen a Pepsi Co (2), Coca Cola (3) y Kellogg. Partidarios y opositores ya han recaudado cerca de US$ 4 millones combinados para campañas para convencer a los votantes, una cifra que es probable se sume dentro de las decenas de millones de dólares en las elecciones de noviembre.

Los llamados alimentos GMO — aquellos fabricados desde organismos genéticamente manipulados — han sido declarados como seguros por los reguladores de USA. Pero persisten las preocupaciones sobre las consecuencias imprevistas que estos bricolages de laboratorio tienen en la salud humana y el ambiente.

El resultado en California podría remecer la cadena alimenticia de toda USA. Un estimado de 70% a 80% de los alimentos procesados a la venta en supermercados podrían ser afectados, dicen los expertos de la industria, junto con una variedad de frutas y verduras frescas. La medida calificó para la papeleta de California con cerca de 1 millón de firmas; el etiquetado en el estado podría establecer un precedente para toda la nación.

“Esta será una gran batalla,” dice Shaun Bowler, un cientista político de US Riverside(4) especialista en iniciativas. “Este es un tema popular ya que la gente está muy asustada de las palabras ‘ingeniería genética.’ Y la gente que los vende está preocupada de no perder ventas.”

Partidarios de la iniciativa son alentados por un par de encuestas nacionales recientes, las cuales muestran que 9 de cada 10 consumidores apoyan el etiquetado. Una encuesta específica en California, publicada el jueves por la Business Roundtable y la Pepperdine University School of Public Policy, mostró que la Proposition 37 tiene un rango de apoyo cercano de 3 a 1, con el 64,9% de los posibles votantes a favor, en comparación con el 23,9% que se opuso.

“La gente está interesada en saber lo que contiene su comida,” dijo Grant Lundberg, un criador de arroz orgánico del Valle de Sacramento, el cual está ayudando a encabezar la Proposition 37. “Es algo que creen importante.”

Los opositores dicen que el etiquetado mancharía injustamente productos populares y de buena reputación, alzaría el precio de los alimentos y alentaría las demandas frívolas mientras haría muy poco para proteger la salud pública. Sostienen que la aprobación de la iniciativa podría crear un mosaico complicado de leyes de etiquetado estatales, si otros estados siguen el ejemplo de California.

“Realmente se trata de … culpabilidad por asociación la que convierte a la ingeniería genética en algo malo, una ‘Frankenfood,'” dice Bob Goldberg, un fitobiólogo molecular de la UCLA y miembro de la National Academy of Sciences.

Lo que sí está claro es que los alimentos genéticamente manipulados se han convertido rápida y silenciosamente en una parte integral del comedor de todo hogar. Si comiste un plato de cereales esta mañana, tomaste una Coca (5) en el almuerzo o preparaste pasta envasada para la cena, entonces probablemente comiste algo genéticamente manipulado. La mayoría de los alimentos del supermercado que vienen en caja, bolsa o lata, probablemente necesitarían etiquetado especial si la Proposition 37 se convierte en ley.

La mayoría de los productos lácteos y cárneos, huevos, alimentos orgánicos certificados, bebidas alcohólicas y comidas de restaurant podrían estar eximidas. Además, los alimentos no podrán ser etiquetados como “naturales” si cualquiera de sus ingredientes fue genéticamente manipulado.

La iniciativa define como alimento genéticamente manipulado como alimento producido por una planta o animal cuyos rasgos biológicos contengan ADN que haya sido manipulado en un laboratorio a nivel celular. La técnica fue producida hace más de dos décadas para mejorar la productividad al convertir la cosecha en resistente a insectos,  fitopatologías, pesticidas y herbicidas. Los más grandes éxitos han sido en productos que son básicos en la mayoría de los alimentos procesados. Las cosechas genéticamente manipuladas abarcan el 90% de la producción de maíz, soya y remolacha en USA.

Y la tendencia va en aumento. Frutas y verduras genéticamente manipuladas, como la papaya hawaiiana, maíz dulce, zucchini y calabaza amarilla son comercializadas ampliamente. La agroindustria y sus subsidiarios semilleros están presionando para desarrollar melones más dulces, cebollas que no producen lágrimas o tomates que se mantienen jugosos por más tiempo.

La U.S. Food and Drug Administration (FDA) ha decretado que los alimentos genéticamente manipulados son seguros. Aunque  la agencia requiere que la mayoría de los productos alimenticios lleven etiquetado con información detallada sobre su salud y seguridad, incluyendo ingredientes, calorías, niveles de sodio y reacciones alérgicas potenciales (6), la agencia ha decretado que las etiquetas no necesitan reflejar si sus ingredientes son o no genéticamente manipulados.

La política de etiquetado de la FDA ha permanecido sin cambios esenciales desde 1992, cuando declaró que “no tenemos bases para concluir que los alimentos producto de biotecnología difieren de otros alimentos de forma significativa o uniforme.”

Pero algunos consumidores y científicos se preocupan de los riesgos imprevistos, como el potencial de los alimentos GMO de causar reacciones alérgicas en humanos o la contaminación de predios no- GM. Los críticos también temen que las corporaciones mayores podrían ganar monopolio sobre el suministro de costosas semillas patentadas que hacen a las cosechas resistentes a ser rociadas con químicos.

“Se necesitan más evaluaciones de seguridad,” dice Michael Hansen, un biólogo evolutivo y científico senior de la Consumers Union de Yonkers, N.Y.

Cerca de 50 países a lo largo de Europa, América del Sur y Asia han legislado sobre requerimientos de etiquetado para alimentos genéticamente manipulados. En USA, esfuerzos similares se hicieron en 20 estados, incluyendo Oregon, New York y Vermont, y han fracasado al encontrarse con la oposición de las industrias de alimentos procesados y de biotech.

Las etiquetas son “muy costosas, no serán informativas, y no hay base científica alguna para esto,” dijo Martina Newell-McGloughlin, directora las iniciativas de investigación de ciencias de vida y salud de la UC Davis (7). La campaña por el etiquetado, dijo, está sembrando “miedo y duda”. Dice que los agricultores orgánicos y procesadores de alimentos podrían usar la iniciativa como una herramienta de marketing para elevar el mercado de sus productos, los cuales son generalmente más costosos.

Los partidarios de la Proposition 37 arguyen que si el gobierno, la industria y los agricultores están confiados en la seguridad de los alimentos genéticamente manipulados, entonces no debiera importarles si los consumidores saben lo que están comiendo. Han bautizado la medida como California Right to Know Genetically Engineered Food Act.

Como es propuesto, etiquetas que digan “genéticamente manipulado” tendrían que ser impresas en el frente de los paquetes individuales de productos GMO crudos vendidos a partir del 1 de enero del 2014. Etiquetas similares para los alimentos a granel aparecerían en las tiendas. Comidas procesadas, incluyendo productos envasados, congelados y molidos, tendrían etiquetas que declaran que fueron “parcialmente producidas” o “pueden ser parcialmente producidas… con ingeniería genética.”

La aplicación de la ley quedaría en manos de agencias estatales y abogados privados, quienes podrían presentar demandas judiciales en contra de la venta de un producto.

Se espera que el choque se agrande con duelos de estudios científicos y expertos de toda índole, y con millones de dólares destinados a spots televisivos. Por ahora, la mayoría de la iniciativa se pelea en Internet. Los proponentes están en www.carighttoknow.org y los opositores en www.noprop37.com.

“Ambos bandos tienen argumentos creíbles, y los vestirán de seda, dice Dan Schnur, director del Jesse M. Unruh Institute of Politics de USC. “Esperen ver muchos científicos, muchos médicos y muchos padres de ambos bandos durante toda la campaña.”

Referencias (inglés):

  1. http://www.latimes.com/topic/health/human-body/genes-chromosomes-HHA000024.topic
  2. http://www.latimes.com/topic/economy-business-finance/consumer-goods-industries/beverage-industry/pepsico-inc.-ORCRP011993.topic
  3. http://www.latimes.com/topic/economy-business-finance/coca-cola-co.-ORCRP003499.topic
  4. http://www.latimes.com/topic/education/colleges-universities/university-of-california-riverside-OREDU000795.topic
  5. http://www.latimes.com/topic/lifestyle-leisure/foods-beverages/coca-cola-PRDFOOD00000005.topic
  6. http://www.latimes.com/topic/health/physical-conditions/allergies-HEPHC000003.topic
  7. http://www.latimes.com/topic/education/colleges-universities/university-of-california-davis-OREDU000664.topic

Traducción: Ignacia Guzmán Zuloaga

Por Ignacia

Un comentario en «La Batalla de los Alimentos Genéticamente Manipulados Llega a las Urnas»

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